
Tal y como ha dicho recientemente el reputado periodista Melchor Miralles hablando de la veracidad de los hechos que se cuentan en la película “GAL”, la objetividad no existe, pero sí hay una honesta subjetividad. Esto es algo que se aplica hoy en día al periodismo.
Hace unos años se creía que el periodismo debía ser objetivo, que la labor del periodista era la de buscar la objetividad; pero se ha visto que esto es imposible, ya que el mero hecho de colocar un nombre delante de otro o al revés ya puede denotar cierta subjetividad. Y porque además cada periódico y cada periodista tienen su ideología y su forma de pensar, por lo que de una forma o de otra tiene que salir a la luz en algunos momentos.
Esta subjetividad muchas veces no se aprecia fácilmente si no se compara el enfoque que da un periódico de una noticia con el que da otro. Pero siempre existe la subjetividad. En el periodismo no existe la objetividad.
El hecho de que cada medio informe de una manera u otra dependiendo de su ideología permite que los distintos usuarios puedan elegir el medio que es más cercano a su ideología y permite que se oigan en la sociedad los distintos puntos de vista de la gente.
Sin embargo, el periodista nunca debería abusar de esta subjetividad, y mucho menos llevar al lector a informaciones ambiguas o incluso erróneas para favorecer dicha ideología. Por encima de todo el periodista debe ser veraz con las informaciones que ofrece a los lectores, debe plantear los datos de la manera más objetiva posible, debe buscar una honesta subjetividad.
Pero, ¿es esto ético?. Hemos visto como la objetividad es inalcanzable, es imposible informar con plena objetividad en la mayoría de las noticias, por lo que la subjetividad que aparece en los medios viene a ser necesaria. Además, la ideología de los distintos periódicos que tenemos en nuestro país está claramente definida y la gran mayoría de los lectores la conocen, por lo que a la hora de leer esa información ya saben que punto de vista de la realidad se les va a ofrecer, es más, generalmente se compra un periódico y no otro porque el punto de vista de uno siempre va a ser más cercano a nuestra ideología. Por lo que siempre y cuando se de lo anterior, un periódico será ético.
Pero como ya se ha comentado, el periodista debe ser ante todo un buen profesional, no se debe dejar llevar por su ideología o por la de el periódico y por ello dar una información ambigua o errónea para favorecer dicha ideología, debido a que esto no sería en absoluto ético.
En conclusión, la objetividad puramente dicha que se buscaba hace unos años es inalcanzable porque el propio periodista al ser testigo o partícipe de los hechos ya concibe la realidad de una manera concreta, distinta a la forma en que otros periodistas la verán. Además, el propio orden de factores dentro de una oración o del texto noticioso ya marca diferentes grados de importancia y por tanto subjetividad. Por ello, como dice Miralles, se debe buscar una honesta subjetividad. Un periódico debe ser coherente con su línea ideológica debido a que sus lectores están buscando este punto de vista. Pero sobre todo, los periódicos deben ofrecer informaciones veraces y que no den lugar a equívocos o ambigüedades. Si se cumple todo lo anterior, el periodismo no será objetivo, pero tendrá un honesta subjetividad y seguirá siendo ético y sobre todo seguirá siendo una fuente fiable de información para los lectores
SCA (Sergio Campo Almeida)

No hay comentarios:
Publicar un comentario